Había una vez
en un lugar remoto
una hermosa princesa
llamada Flor de Loto.
La joven princesa
que era algo traviesa
le dijo al rey un día
que una moto quería.
¿Perdón?, ¿una moto?
dijo el rey con alboroto
¡Ni siquiera lo intentes
mi pequeña valiente!
¡Ay, ay, padre querido,
mi corazón has herido!
contestó la princesa
con evidente tristeza.
¿Y por qué una moto,
Princesa Flor de Loto?
quiso saber la reina
que nunca se despeina.
¡Porque amo el viento
en todo momento!
respondió la princesa
con mucha certeza.
¡Pues cuánto lo siento!
dijo el rey muy resuelto
¡No habrá ninguna moto
mi querida Flor de Loto!
¡Estoy destrozada!
gimió la princesa
bastante enfadada
al oír a su Alteza.
Y se fue Flor de Loto
con su corazón roto
a su cuarto de princesa
donde nada le interesa.
Pero al ver el rey su dolor
decidió regalarle un tractor
para que sintiera el viento
segura en todo momento.
Y en ese reino remoto
vieron a Flor de Loto
conducir aquel tractor
a toda prisa, a todo motor
sin crear ningún temor.
Pero la osada princesa
que aún causa sorpresa
ahora tiene un convertible
que dicen es increíble.
Pero también tiene
otra fuerte pasión
navegar por el aire
en su nuevo avión.
Y luego, ¿cuál será
su próxima nave?
El tiempo lo dirá.
Eso aún no se sabe.

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