¿Y quién es el Dios del tiempo?
¿Y qué hacía él antes del calendario?
¿Fue primero el mundo y luego el reloj?
¿O el reloj ya estaba en sus entrañas?
¿Adónde va el tiempo de los
que perdieron la memoria?
¡Ay de ti, hombre de este mundo
que no puedes eliminar el tiempo
ni a tu favor ni en contra!
Quizás puedas borrar
las cicatrices
de tus batallas perdidas,
pero no puedes quitar
las huellas que el tiempo
ha grabado en tu alma.
La máquina del tiempo
es imperturbable,
imposible de parar.
A pesar de nosotros,
aunque hayamos sucumbido
al verdugo de la muerte,
el mar seguirá creando sus olas,
la noche sembrando sus estrellas,
y el sol tejiendo sus hilos de luz.
¡Ay de ti, reloj del tiempo infinito
que no sabes cómo detenerte!
Y continuarás tu tictac perpetuo
aun cuando ya no podamos oírte.

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